Alonso Mejía, editor de La Nueva Prensa. Foto: Fabiola Pomareda/Tico Times |
La Nueva Prensa: Serving the community of Nicaraguans in Costa Rica
Por Fabiola Pomareda/pomaredafabiola@gmail.com
En un ambiente de medios de comunicación impresos en declive financiero debido a la Internet, un periódico alternativo sigue en pie exitosamente en Costa Rica, gracias a que se enfoca en las necesidades de la comunidad migrante nicaragüense.
Puede que La Nueva Prensa sólo distribuya 3,000 ejemplares mensuales a un precio de 200 colones cada uno; pero está ganando popularidad entre el público al que sirve.
La revista cubre temas de migración y derechos humanos, y tratando de ser un puente entre Costa Rica y Nicaragua.
El medio surge en septiembre del 2007, con cuatro páginas en blanco y negro y un tiraje de 500 ejemplares mensuales, patrocinado por pequeñas barberías y sodas nicaragüenses en San José. Hoy en día imprimen 16 páginas a color, tiene una página web y una página de Facebook https://www.facebook.com/lanuevaprensacr.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) publicados en el censo 2011, en Costa Rica viven 287,766 son nicaragüenses, lo que representa el 74,6% del total de extranjeros en el país.
La Nueva Prensa fue creada ante la necesidad de un medio impreso para esta comunidad de migrantes, la cual no usa mucho las redes sociales, según contó a The Tico Times Alonso Mejía, editor de La Nueva Prensa.
Mejía es de Managua, donde estudió periodismo en la Universidad Centroamericana. Hace ocho años emigró a Costa Rica. “En aquella época yo trabajaba haciendo cielorasos. Vine como cualquier migrante a trabajar en la construcción. No tenía documentos”, dijo.
El proyecto fue iniciado por Mejía y el periodista y poeta Julio Acuña Agüero -asesinado trágicamente en junio de 2008-.
“Con Julio me relacioné más con círculos literarios y de periodistas. Cuando uno tiene una pasión, uno trata. Aquí escribía colaboraciones; pero no me daban trabajo porque no tenía una cédula de residencia. Así decidimos fundar esta revistita”, narró.
“Fue un proyecto que empezamos prácticamente sin un centavo. Nos arriesgamos. Fuimos a pequeñas sodas nicaragüenses a pedir que nos apoyaran y así empezamos”, añadió Mejía.
Además de encargarse del contenido, a este periodista le tocó aprender a diagramar, a buscar la publicidad, a reunirse con los clientes y a negociar. Actualmente es editor de La Nueva Prensa, además de corresponsal de El Nuevo Diario, periódico de Nicaragua.
El potencial del “tico-nica”
En La Nueva Prensa abordan básicamente temas de migración, derechos laborales, actividades culturales de los migrantes y temas de actualidad de Nicaragua, especialmente de economía y política. También tienen una sección cultural en la que a veces colaboran costarricenses.
“Creo que hay poca información sobre el tema migratorio, que es básico en este país que es receptor de migrantes. Creo que hay poca información del peso que tiene el migrante como mano de obra”, afirmó Mejía, refiriéndose al enfoque que tiene el contenido de su medio.
Además del vacío sobre estos temas en los medios costarricenses, Mejía comentó que “tanto aquí como en Nicaragua los medios muchas veces se han prestado a cultivar la xenofobia, los estereotipos, la noticia negativa del ‘nica’ que roba”.
“Pero esas son noticias esporádicas, cuando lo que hay son miles y miles de nicaragüenses que están trabajando ganando poco salario”, criticó.
Su público meta en Internet y redes sociales es el “tico-nica”, que, como explica Mejía, es “el nicaragüense que creció aquí desde pequeño o el que nació aquí de padres nicaragüenses, que está en el colegio o en la universidad y que utiliza el Facebook”.
Ese es su público en el ciberespacio; pero en las calles su público meta es “el migrante”, de 30 años para arriba, afirmó Mejía. Se refiere a las mujeres que trabajan como empleadas domésticas y en sodas, a los guardas de seguridad y a los trabajadores de la construcción.
El editor explicó que conforme ha ido creciendo el periódico y debido a su constancia en circulación han ido adquiriendo publicidad de empresas como Western Union, Importadora Monge, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) con Kolbi, Movistar y Claro, todas interesadas en llegar a este mercado.
Hoy en día tienen tres muchachos que venden el periódico a 200 colones en diversos puntos y se ganan 100 colones por cada ejemplar vendido.
El periódico “se vocea” en las paradas de los autobuses de La Carpio, en el parque de La Merced, en las filas afuera de las oficinas de Migración, en las filas de la Embajada de Nicaragua y en La Carpio se distribuye casa por casa.
Asimismo, en la frontera de Peñas Blancas, en la zona norte, lo vende una señora, así como en algunas zonas de Alajuela y en Cañas.
Mejía recordó que al principio fue difícil llegar a la comunidad, porque la mayoría de los nicaragüenses que migran, generalmente provienen de las zonas rurales y no tenían la cultura de leer.
“Fue duro al principio porque nos costó llegar a la gente. Pero ahora, como andamos de mano en mano, es increíble cómo nos busca la gente. Buscan la revista, nos dicen ¿cuándo va a salir la otra?, nos llaman desde las ventanillas del bus de La Carpio y nos piden la revista. Hemos llegado a la gente y la gente tiene una cultura de leer cada mes La Nueva Prensa”.
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