Xinia Briceño, presidenta de la ASADA de Milano. (Fotos: Fabiola Pomareda) |
Los habitantes de la comunidad de Milano, en el cantón de Siquirres, siguen consumiendo agua contaminada con residuos de plaguicidas, 12 años después de que se detectara el problema causado por las empresas piñeras.
Fabiola Pomareda /
pomaredafabiola@gmail.com
Este artículo fue publicado originalmente en Voces Nuestras:
“De aquí hasta donde empiezan las
montañas, todo lo que se ve verde es piña”, dijo Xinia Briceño, mientras mostraba
los sembradíos al borde de la Ruta 32. Poco
después de cruzar el río Destierro, pasando Pocora, hay una ancha entrada a
mano izquierda, con extensos sembradíos de piña: es el camino que lleva a
Milano.
En la entrada está la planta de Corrugados del Atlántico, donde se fabrican empaques de cartón para banano,
piña, melones y sandía. Luego de cruzar la línea del tren empiezan a verse
pequeñas parcelas con viviendas y algún ganado, perros y gallinas. Abajo a la
izquierda se distingue un bosque y una de las tantas quebradillas que hay en la
zona. Briceño vive con su esposo y su hija en una de
esas parcelitas, rodeados de varios árboles frutales.
Después de casi 12 años de que se
detectara la contaminación por bromacil en las fuentes de agua de Milano, sus
habitantes siguen consumiendo agua contaminada por la industria piñera.
Los más recientes resultados
de análisis de agua de las cinco nacientes y del tanque de almacenamiento de
Milano muestran que el nivel detectado del herbicida bromacil es de hasta 3,47
microgramos por litro (ugL). El nivel permitido para consumo humano es de 0,70 ugL.
Las pruebas fueron hechas en septiembre
pasado por el Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA), de la
Universidad de Costa Rica (UCR), a pedido del Centro de Derecho Ambiental y de
los Recursos Naturales (CEDARENA).
Además de bromacil, los análisis
también detectaron hasta 0,22 ugL y y 0,13 ugL de los fungicidas triadimefón y
metalaxil, respectivamente.
Los habitantes de esa comunidad
siguen exponiendo su salud al no tener acceso a agua potable. Mientras, las
empresas piñeras que operan en la zona no se han hecho responsables, ni las autoridades
han encontrado mecanismos para sancionarlas por violar el derecho humano de
acceso al agua.
“De aquí hasta donde empiezan las montañas, todo lo que se ve verde es piña”, dijo Xinia Briceño, mientras mostraba los sembradíos al borde de la Ruta 32. |
Todos se bañan con esa agua
Briceño es presidenta de la
Asociación Administradora del Acueducto (ASADA) de Milano. Explica que toda la
gente del pueblo usa el agua del acueducto –que está contaminada- para bañarse.
El agua de los camiones cisterna que gestionó Aya y que llegan a Milano cada dos o tres días, sólo la usan para cocinar o
para tomarla.
“Todas las personas de la
comunidad tenemos que bañarnos con esa agua porque el agua que nos dan con el
camión cisterna es relativamente poca para utilizarla para bañarnos”, explicó Briceño
en una entrevista con Voces Nuestras
realizada el pasado 7 de marzo.
En el pueblo de Milano viven unas
700 personas. La mayoría trabaja en Corrugados del Atlántico, como peones en
fincas, en una porqueriza o en la planta de FruitLight. Unos pocos trabajan en
las piñeras.
Según Briceño, los pobladores de
Milano ya experimentan problemas en la piel, muchos dolores de cabeza y dolores
musculares. También se han dado abortos espontáneos y malformaciones
congénitas.
“Pero nosotros no tenemos algo
que nos pruebe a ciencia cierta que eso es ocasionado por el agua. Las que
hemos podido consultar a un médico nos hemos dado cuenta de que cuando le
decimos que en nuestra comunidad el agua está contaminada nos dice que puede
ser eso; pero nadie nos da un dictamen médico que lo afirme”, aclaró.
También contó que en el 2013, de los
67 estudiantes que había en la escuela, diez niños tenían gastritis y creen que
eso tiene relación con los químicos.
De acuerdo con Clemens Ruepert,
especialista del IRET-UNA, existe una discusión sobre cuál es el
nivel seguro de bromacil en el agua. Los países de la Unión Europea no quieren
que las poblaciones de sus países consuman agua que contenga más de 0,1 ugL; pero
esta cantidad no está basada en un análisis toxicológico, sino en un concepto
de precaución, dijo a Voces Nuestras.
Para el investigador,
las preguntas que deberían plantearse son si el estado quiere aceptar que las
aguas están siendo contaminadas por la producción de piña y si está prohibido o
no contaminar las aguas subterráneas del país.
“Se quiere presentar agua
potable con residuos de plaguicidas a la población, independientemente del
nivel del plaguicida encontrado o no se quiere?”, cuestionó Ruepert.
Las primeras alertas
Desde 1996 el ingeniero Moisés
Bermúdez advirtió sobre el riesgo de contaminación en el acueducto de Milano,
afirmó Soledad Castro, consultora ambiental en CEDARENA.
En el 2003, el IRET realizó pruebas
que comprobaron la contaminación con los agroquímicos diurón, bromacil y triadimefón.
El
acueducto que abastece a Milano se conecta con el acuífero de Milano y cinco
nacientes, en el sector de Finca Babilonia, donde sembraba piña la empresa
Frutex. Posteriormente la finca fue comprada por Corporación Del Monte. Por la ubicación, la pendiente y el uso intensivo de plaguicidas en el monocultivo de la piña, los residuos de éstos se conectan
directamente con el manto acuífero que da origen a las nacientes.
En el 2004, estudios
hidrogeológicos del Aya mostraron que podía haber contaminación; sin embargo,
no se tomaron medidas por parte de las autoridades.
En el 2007 se hizo público el
caso. La Ministra de Salud de esa época, María Luisa Ávila, dijo que el agua no
podía usarse para tomar y se ordenó al Aya a repartir agua con camiones
cisterna. El 22 de agosto del 2007 fue la primera vez que el camión cisterna
entró a Milano.
La piña estaba sembrada a 20
metros de las fuentes de agua, explicó Briceño. Actualmente está sembrada a 100
metros de distancia, por orden del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE).
También se le ordenó a la compañía reforestar la zona para proteger las
nacientes de agua; pero lo que sembraron fue eucalipto, según se comprobó en
una visita al sitio.
“Lo que sembraron fue eucalipto,
que no son árboles aptos para 'sembrar' agua, ni son de la zona. En vez
hubieran sembrado guarumo, gavilán o algún tipo de espavel”, consideró la mujer.
Los responsables
A lo largo de los últimos
años, varias empresas piñeras han sido denunciadas en Costa Rica por operar
fincas sin viabilidad ambiental, por invadir zonas de recarga acuífera, por
destruir áreas de protección de las nacientes y quebradas, por violar derechos
laborales y por contaminar las aguas, superficiales y subterráneas.
Nicolás Boeglin, profesor de
la Facultad de Derecho de la UCR, enfatizó el caso de las comunidades de
Siquirres: "Desde julio del 2007 tenemos a más de 6.000 personas
abastecidas en El Cairo, Francia, Luisiana y Milano con un camión cisterna del
AyA todos los días, a un costo estimado de 27.000 dólares mensuales. A la
fecha, el Estado no ha entablado ninguna acción legal contra los responsables
de la contaminación de los acuíferos”.
Se le consultó al MINAE al
respecto y a través de su departamento de prensa se informó que la Dirección de
Aguas del MINAE sólo otorga permisos de vertidos, para que las empresas puedan
verter sus aguas residuales a un cuerpo de agua superficial (río o quebrada).
Se indicó que la Corporación Del Monte no cuenta con permiso de vertidos ya que
ellos reutilizan el agua tratada, y que el permiso para este proceso lo otorga
Ministerio de Salud.
Soledad Castro, de CEDARENA,
destacó que el principio de quien contamina paga no aplica en este caso, porque
ese principio se aplica en el canon por vertidos, sólo al solicitar permisos de
manera preventiva.
“En este caso aplica el tema
de responsabilidad por daños ambientales. Sin embargo, lo que sucede es que se
necesita una condena en tribunales y luego solicitar la ejecución de la
sentencia, por lo que ha sido difícil lograr el pago de dichos daños”, dijo
Castro.
El 29 de mayo del 2009 la Sala Constitucional declaró con lugar un recurso interpuesto contra Frutex S.A., el Ministerio de Salud, el AYA, el MINAE y la Municipalidad de Siquirres.
En las
sentencias 2009-9040 y 2009-9041, la Sala Constitucional estableció la
obligación del MINAE, del Ministerio de Salud y del Aya de hacer un plan de acción y atender
la contaminación del agua en esta zona. También se indicó que el Ministerio de Salud
podría prohibir a las empresas el uso de agroquímicos contaminantes en las
plantaciones e incluso el cierre inmediato de éstas, si incumplieran las
órdenes que se les dieran. No obstante, el Ministerio de Salud no ha llegado a
esto.
Según
informó el Aya a través de su vocero de prensa, dos
estudios hidrogeológicos realizados en la zona –uno por la empresa Hidrogeotecnica
y otro por el Sistema Nacional de Riego y Avenamiento (SENARA), concluyeron que
el problema en la zona no era sólo por el bromacil, sino que “debido a las
características de los suelos, podría aparecer cualquier plaguicida en el
agua”.
Por otro
lado, el Aya sólo dijo que ya están listos los planos y el diseño del acueducto
integrado El Cairo-Herediana; pero este no incluye a la comunidad de Milano.
Comunidad ha
puesto más de 16 millones de colones
Hartos de la falta de acción por parte de las autoridades y
de la impunidad para con las empresas piñeras, los habitantes de Milano no se
iban a quedar esperando.
Briceño detalló que en el 2009 la ASADA de Milano empezó a
negociar con el Aya para hacer una nueva captación de agua en el cantón.
Encontraron 12 nacientes; pero sólo una resultó apta por las condiciones hidrogeológicas.
Se empezó a negociar la compra del terreno con el dueño de la finca, don Walter Abarca.
Lamentablemente no se pudo llegar a un acuerdo para la
compra porque Abarca pedía ¢50 millones por una hectárea y el avalúo del
terreno fue de ¢20 millones por esa área. Abarca accedió a venderla por ¢35
millones; pero aun así no podía hacerse la compra con dineros públicos por un
monto superior al determinado por el avalúo. Finalmente, después de dos años de
negociaciones, la ASADA solicitó al Aya que se empezara el trámite de
expropiación.
Actualmente la ASADA está esperando que se apruebe el
trámite de expropiación. Hasta la fecha se han pagado casi ¢16 millones por el
depósito que debe darse para la expropiación del terreno donde está la fuente
de agua; un terreno para el tanque de almacenamiento; y una servidumbre de paso.
Estos fondos fueron pagados por la comunidad, a través de un
alza en el servicio de agua y algunas donaciones de la empresa privada, declaró
Briceño.
¿Y la piñera?
“La piñera hizo un aporte de 400 mil colones y un pedazo del
área de servidumbre de paso”, agregó.
El acueducto sería construido por el Aya con fondos de Asignaciones
Familiares.
Todo esto ha generado un conflicto interno “increíble” en la
comunidad, reconoció Briceño. Esto por cuanto han tenido que sacar dinero de
donde no tienen y además la cuota del servicio por agua –que está contaminada-
tuvo que aumentarse de ¢3.000 mensuales a ¢5.000.
“La comunidad siempre ha dicho que ellos no son responsables
y que no tienen por qué pagar por el servicio si el agua que está llegando a
sus casas está contaminada. Pero si nosotros no hacemos el menor esfuerzo,
estando en la situación que estamos, en que no se está condenando a quien se
debería condenar, que es a las empresas que vinieron a hace el daño, nosotros
tenemos que hacer algo, porque si no, vamos a seguir en lo mismo”, opinó
Briceño.
Denuncia a nivel internacional
Como la situación de varias
comunidades como Milano continúa sin resolverse, CEDARENA trabajó con Francisco
Rivera, de la Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Universidad de
Santa Clara en California, Estados Unidos, y se logró que esta problemática se
tradujera en una denuncia a nivel internacional.
El próximo 20 de marzo se verá
el caso en una audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en
la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington.
Allí, vecinos y representantes
del acueducto rural de Milano expondrán sus quejas y el Gobierno costarricense
deberá explicar qué está haciendo para garantizar el suministro de agua potable
en esas zonas.
“La idea es sentar un precedente
y que esto no siga pasando en otros sectores como vemos que está pasando. Pasó en
Milano, pasó en El Cairo, pasó en Luisiana”, expresó Briceño, quien es una de
las personas que testificará en la audiencia.
Para Briceño, las autoridades de
gobierno son responsables por haber dado los permisos y las piñeras lo son por
contaminar los recursos naturales. “Saben lo que están haciendo, que es matando
a la comunidad día con día con los agroquímicos que están llegando a nuestras
casas. ¿Qué va a pasar con esta comunidad a futuro?”.
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