viernes, 10 de abril de 2015

A 15 años del Combo del ICE, los ecos de la resistencia


Foto: Cortesía Semanario UNIVERSIDAD
 

Por Fabiola Pomareda

La lucha contra el Combo del ICE fue el momento en que el desencuentro se radicalizó en Costa Rica. Las manifestaciones contra la aprobación legislativa del proyecto de transformación del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) hace 15 años mostraron la profunda desvinculación entre la dirigencia política de Costa Rica y la gente. Hoy hacemos memoria.

 

Muchas veces se ha dicho que las protestas sociales empezaron a mediados de marzo del 2000 cuando los agricultores bloquearon la carretera a Cartago en el Alto de Ochomogo; pero todo empezó a gestarse mucho antes.

 

Antes del año 2000 hubo varios intentos de debilitar, vender o regalar el ICE, como con el caso Millicom a fines de los 80s y principios de los 90s. Fue en el primer gobierno de Oscar Arias cuando mediante un decreto ejecutivo, se le permitió a Millicom operar en el país, usando la frecuencia para operar telefonía celular. A fines de 1993 la Sala Constitucional emitió un dictamen y se ordenó a Millicom suspender operaciones en el país. En todo momento la dirigencia sindical y los y las trabajadoras del ICE, mantuvieron una constante oposición y procuraron el apoyo nacional.

 

En 1999 empecé a trabajar como reportera en el Semanario UNIVERSIDAD y recuerdo que desde ese año el periódico ya se dedicaba de lleno a cubrir  cualquier posibilidad de apertura, privatización de los mercados o venta de activos del ICE, las denuncias acerca de los peligros ambientales provocados por la generación eléctrica privada o la producción geotérmica en Parques Nacionales y la posibilidad de un aumento desmesurado en las tarifas eléctricas.

 

Pero la gota que derramó el vaso fue la introducción a la corriente legislativa del proyecto de “Ley para el Mejoramiento de los Servicios Públicos de Electricidad y Telecomunicaciones y de la Participación del Estado”, un plan que fundía tres proyectos y que venía a desmantelar al ICE, a privatizar las telecomunicaciones  y a ampliar la participación privada en la generación de energía.

 

Las luchas contra el Combo simbolizaron el hartazgo de esa época y el final desencuentro entre los estamentos políticos y la realidad de la gente. Todo el país se levantó.

 

Lo que pasó: 17 días de protestas

 

Cubrimos los días del Combo en el Semanario UNIVERSIDAD, los periodistas William Vargas, María Florez-Estrada, Eduardo Ramírez, , Rafael Ugalde; y en los días de las protestas sociales se sumó todo el equipo, Fabiola Ruiz, Lisbeth Huertas, Carlos Alvarado, Bértold Salas, Paulo Aguilar, Gilberto Lopes y muchos otros.

 

Estábamos en el gobierno neoliberal de Miguel Ángel Rodríguez cuando el 20 de marzo del 2000 se aprobó en primer debate el "Combo energético", con el voto de 45 diputados del "PLUSC" (PUSC +PLN). Para esto se usaron tácticas que se pueden calificar de autoritarias para forzar el debate y la aprobación en la Asamblea Legislativa, cuya implementación estuvo a cargo del presidente del directorio legislativo en ese momento, Carlos Vargas Pagán, con el respaldo de la mayoría mecánica del "PLUSC". Me refiero a la realización de sesiones maratónicas, el desalojo de las barras donde el público observa las sesiones del plenario, la toma de las instalaciones legislativas por fuerzas policiales y la misma votación del 20 de marzo.

 

Esto constituyó en última instancia el detonante de la desobediencia civil masiva. La explosión fue inorgánica y casi espontánea. Se manejaron unos niveles de conciencia como nunca antes.

 

El documental “Combo Callejero”, producido por Pablo Cárdenas, es una memoria de esta movilización social:



 

Empezó entonces la quemazón de llantas. Se dio un levantamiento popular y de resistencia. Se usaron métodos de desobediencia civil pacífica como los paros laborales, las huelgas, las concentraciones y marchas, las vigilias de oración, las caravanas de automóviles, los bloqueos de calles, la huelga de hambre, la recolección de firmas, la publicación de manifiestos en periódicos y la distribución de volantes.

 

La gente bloqueó el puente sobre el río Tempisque, la calle frente a la sede de la UCR en Liberia, hubo tomas de puentes en Pérez Zeledón, en el Alto de Ochomogo. Decenas de comunidades hartas de lo que estaba pasando políticamente salieron a la calle en Guanacaste, Limón, Puntarenas y la Zona Sur. Y que se diga en San José.

 

Los y las protagonistas: Trabajadores del ICE y del resto del sector público, ambientalistas, estudiantes universitarios y de secundaria, pastorales sociales, agricultores, artesanos, intelectuales y profesionales.

 

La marcha del 23 de marzo del 2000 ha sido una de las manifestaciones más importantes de la historia.

 

Se quebró el sistema. Llegó a haber hasta 17 bloqueos simultáneos en todo el país. Luego vino la violencia; todas las acciones de bombardeos con gases lacrimógenos, garrotazos y arrestos, ordenadas por el entonces Ministro de Seguridad Rogelio Ramos.

 

Toda esta movilización obligó al poder político a retirar de la agenda legislativa el controversial proyecto. El día 4 de abril el Gobierno accedió a conformar una Comisión Especial Mixta para analizar el futuro del ICE. Posteriormente, una resolución de la Sala IV declaró inconstitucional el primer debate en que se había aprobado el proyecto, por razones de procedimiento.

 

No fue la batalla final

 

José Merino del Río, quien en esa época era diputado de Fuerza Democrática, lo resumió muy bien en una compilación publicada por la Revista Aportes, en el año 2000, y titulada “De Combo en Combo, lecciones importantes”.

 

Escribió Merino, presidente fundador del Frente Amplio: “La lucha popular se dio en el contexto de un profundo malestar de un creciente número de personas con las políticas neoliberales y la corrupción”.

 

En esos años, los políticos tradicionales estaban bajo una permanente sospecha de la población, que los hacía responsables por el deterioro de sus condiciones de vida -la economía crecía; pero la riqueza no se redistribuía-, y por numerosos casos de corrupción que comenzaron con el fraude del Fondo de Emergencias, con los Incentivos Turísticos, el Fondo de Desarrollo Agrícola (FODEA), el Banco Anglo, BICSA, Aviación Civil, FODESAF, Compensación Social y los CAT. Y que aún continúan.

 

“Es evidente que la existencia de este descontento social creciente dio un gran aliento a la lucha contra el Combo”, apuntó Merino, fallecido en el año 2012.

 

Luis Paulino Vargas, hoy director del Centro de Investigación y Cultura y Desarrollo de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), también relató en la Revista Aportes: “Los opositores éramos representados como una manga de ignorantes, retardados al punto de ni tan siquiera poder estudiar, mucho menos entender, esas leyes. Y se reiteraba que eran estúpidos, tanto los estudiantes de secundaria y universidad o los sindicalistas y empleados públicos, como los catedráticos universitarios y las gentes de las más variadas y remotas comunidades de Costa Rica” que se opusieron al Combo del ICE.

 

Días después de la conformación de la Comisión Especial Mixta se realizó el foro “Combo del ICE, lecciones aprendidas y alcances para la sociedad civil”. Ese día Rodrigo Carazo expresó: “Yo no creo que con el Combo dimos la batalla final; creo que falta mucho por hacer y que para poder hacer esto, la educación es fundamental, la participación popular alrededor de una agenda que nos lleve a nuestros agricultores, que nos lleve a quienes combaten la minería a cielo abierto, las exploraciones petroleras, todos aquellos que en estos momentos están sufriendo la amenaza de una mercantilización de nuestra sociedad, de una materialización absoluta de nuestra institucionalidad…”

 

Han pasado tantas cosas en estos 15 años.

 

Esta semana se llevaron a cabo varias actividades para conmemorar estas luchas. Eva Carazo, activista política y presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR) en ese entonces, hablo en una entrevista con Voces Nuestras de la importancia de mantener en la memoria el aprendizaje que supuso la lucha contra el Combo.

Entrevista a Eva Carazo - Voces Nuestras


Está claro que el triunfo social del año 2000 ocurrió en un contexto muy distinto del actual. “En la lucha contra el Combo logramos articular una enorme diversidad de sectores de la sociedad, gente de zonas rurales, de zonas urbanas, trabajadores del ICE, comunidades organizadas, sector estudiantil empresarial, académico”, dijo Carazo, y agregó: “Otro aspecto positivo que tuvo la lucha contra el Combo fue vincular la discusión con la idea de desarrollo, el tipo de estado, el tipo de país en el que vivimos”.

 

“Para los movimientos populares es muy importante recordar la historia, recordar los caminos que hemos recorrido, los aprendizajes, las lecciones, las cosas que hemos hecho bien y las cosas que hemos hecho mal también. Y es parte de lo que somos y tendemos a tener memorias muy cortas, a vivir muy en lo inmediato y a olvidar que muchas de las luchas que estamos dando tienen raíces profundas”, declaró Carazo.

Foto: Cortesía Semanario UNIVERSIDAD


Foto: Cortesía Semanario UNIVERSIDAD.
 
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